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En la tercera sesión para analizar la implementación de la reforma laboral, a cuatro años de promulgación, especialistas laborales del Observatorio Laboral para la Reforma Laboral, expusieron el contexto en el que se encuentran los cambios a la Ley Federal del Trabajo (LFT) y coincidieron en que aún el mundo laboral está en proceso de transición.

En la tercera sesión para analizar la implementación de la reforma laboral, a cuatro años de promulgación, especialistas laborales del Observatorio Laboral para la Reforma Laboral, expusieron el contexto en el que se encuentran los cambios a la Ley Federal del Trabajo (LFT) y coincidieron en que aún el mundo laboral está en proceso de transición.

“La Reforma Laboral, como se ha dicho, está en un proceso de transición; es decir no podemos asegurar que va a tener éxito, no podemos asegurar que va a avanzar, si no que está en un proceso de transición, en un proceso de experimentación”, dijo Saúl Escobar, especialista en la materia.

Tras señalar que “se trata de una Ley que vino desde afuera y desde arriba” afirmó que su implementación, a partir de los cambios en la Ley, se hizo “sin que las instituciones estuvieran preparadas, y además con una larga data de instituciones laborales muy deterioradas, muy frágiles y muy mal hechas”, apuntó.

Y a diferencias de la justicia laboral, en donde todavía hacen falta jueces laborales, el diagnóstico que presentan los especialistas sobre la existencia de los contratos de protección es positiva, pues entre el 80 y 90% de esos contratos desaparecieron con las consultas para legitimar los contratos activos y reales.

“Ahora el problema es ¿qué pasará en aquellas empresas que se quedaron sin contrato colectivo porque no lo legitiman?, además de que los que sí se legitimaron, probablemente también hayan sido de protección o contratos administrados por contratos charros”.

En ese sentido, apuntaron que ahora existe la posibilidad de “una democratización del sindicalismo”, que si bien puede darse o no, lo cierto es que muchos contratos colectivos de protección desaparecieron.

Para Alfonso Bouzas, coordinador del Observatorio, “haya ganado o no hayan ganado su legitimación (los líderes sindicales) tienen que poner las barbas a remojar, tienen que ofrecer algo (valiosos a los trabajadores). No creo que, por supuesto, hay mecanismos de control de mediatización, que no nos va a ser fácil quitar de enmedio”.

Añadió que el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral “debe pensar con mucha objetividad si el tiempo que le resta para concluir con los procesos de legitimación aún pendientes, aún en trámite, es factible o porque no tiene el argumento de que el último día recibí el 50% de las legitimaciones, no me pidan milagros, pero a demás, ya no se recibe ni una más, se termina el proceso de aquello se recibió en tiempo”.

Datos del CFCRL apuntan que hay 10,140 contratos colectivos de trabajo en trámite; se han dado por terminados 376 y se han legitimado en total 23,316 contratos.

Para los especialistas, hasta ahora, los trabajadores no se han apropiado de la reforma porque no tienen una cultura laboral sindicalista, durante por lo menos una generación, los trabajadores no han sabido qué es un sindicato sólo han entendido que un sindicato es un instrumento de extorsión, de corrupción y de abusos contra ellos mismos.

Asimismo,“no hay una confederación, no hay una alianza de sindicatos que esté conduciendo el cambio, no hay una dirigencia sindical única, sino hay una fragmentación de las luchas y movimientos de renovación democrática, y cada quien está jalando por su lado”, dijo Escobar.

El especialista, Humberto Oseguera Barajas, recordó que la tasa de sindicación en México es de 10-12%; los contratos legitimados es del 12-13%; y los trabajadores sujetos a este tipo de contratos son alrededor de 4 millones, eso es lo que existe con la reforma.

A su vez, Luis Bueno, especialista laboral en el sector educativo, comentó que “necesitamos adaptar la Ley a una nueva realidad del trabajo, y que contemple, no el parche que excluimos hace más de 100 años, la jornada de trabajo, sino que la actualicen y permita que se actualice de manera constante conforme aumenta la productividad”.

Rodrigo Olvera, dijo que con las legitimaciones, que puede cuestionar su efectividad, “hasta ahora lo estamos viendo, que en los hechos se fue imponiendo el modelo estadounidense de centros de trabajo libres (de sindicatos)”.

Cabe recordar que se darán por terminados más de 100,000 contratos colectivos, por lo que se desconoce si surgirán nuevos sindicatos, los trabajadores buscarán sindicalizarse o por el contrato se quedan sin una representación sindical.

 

 

 

 

 

 


 

FUENTE: El Economista

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